Nos encontramos con la necesidad de implementar distintos tipos de protocolos para el buen funcionamiento y la integridad de una organización, desarrollando políticas y códigos de conducta.

Es vital la identificación, el asesoramiento, la evaluación y el monitoreo de riesgos que puede incurrir una empresa pública o privada en su actividad. Para ello existe la herramienta jurídica denominada “Criminal Compliance” (cumplimiento normativo), que tiene por finalidad salvaguardar responsabilidades emergentes de la infracción de normas penales o aduaneras vigentes.

Se desarrollan programas de formación, auditorias y seguimiento, se diseña el régimen disciplinario, incluyendo el canal de denuncias internas.

Existen diferentes tipos de programas, aplicables a aspectos sensibles de las empresas, como ser los aspectos legales, financieros, de protección de datos propios o de terceros, de seguridad, anticorrupción, de salud laboral, entre otros.

En nuestro Estudio Jurídico Penal, entendemos la importancia de cada caso. Ofrecemos asesoría legal personalizada para garantizar que sus necesidades específicas sean atendidas con la máxima profesionalidad.

Categorías: Opinión